Avanti!

Con este título no cabe duda… El post temático de septiembre está dedicado a las puertas de acceso al jardín.

Me fijo mucho en este aspecto cuando veo una casa con jardín. Por eso, cada vez estoy más convencida de que deberíamos esforzarnos en la elección de la puerta, evitando poner cualquier cosa, ya que serán nuestra tarjeta de visita y la delimitación de dos espacios bien diferenciados: el exterior y nuestro mundo.

Las puertas tienen mucho de mágico (la alquimia ya nos hablaba del cambio que conlleva atravesar el umbral de una puerta) y nos deberían ayudar a transmitir el espíritu de nuestro jardín, lo que podemos encontrar en el interior.

Cuando tengas que elegir una puerta piensa en la estética que definirá tu espacio ajardinado pero no te olvides de la funcionalidad. Muchas veces me dejo llevar por el diseño estético y siempre acabo chocando con la realidad: las cosas tienen que ser útiles. Así que por muy bonita que sea una puerta, piensa que tiene que ser sólida y estar hecha de materiales que aguanten la intemperie y, además, que necesitarás más de un metro de ancho para que quepan no sólo personas sino también objetos voluminosos.

En cuanto a los materiales, antiguamente estábamos obligados a usar madera maciza y/o hierro. Ahora las posibilidades se han multiplicado con la incorporación del cristal, bambú, cañas, maderas recuperadas, otros metales…pero yo sigo apostando por el encanto de lo tradicional. Soy muy clásica, que le voy a hacer!!!

En mi opinión, el estilo de la casa o de la valla y la mayor o menor exigencia de seguridad y privacidad condicionarán la elección de los materiales de la puerta.

Dicho esto, te presento una selección de fotos que he ido haciendo por Asturias, Cantabria, Cádiz y Portugal. En mi Pinterest (carpeta dedicada a las garden gates) encontrarás más fotos que he ido recogiendo en la Red.

Las he agrupado en dos bloques: metálicas y de madera. En algunas, prima la seguridad y privacidad; otras van desde la naturalidad a la más pura ostentación. Al verme delante de cada una de ellas, las sensaciones varían totalmente. Quizá tú también compartas esas mismas sensaciones...

Puertas metálicas

 Con un toque de misterio gracias a la piedra labrada y las trepadoras.

 Ostentación y lujo. Parece que está diciendo: "Tengo un jardín grandioso y quiero que todos lo vean".

 Un aire marinero. Tus gustos o aficiones pueden salir al exterior.

Original como la vida misma. Lo mezcla todo como puede: las tejas, los ladrillos, la piedra, las jambas de madera, chapa y barrotes, pintura azul claro con gato negro. ¡El resultado es simplemente genial y creativo!

Lujo oriental. Aquí no hay puerta propiamente dicha pero delimita perfectamente dos zonas del jardín.

 Puertas de madera

Invitación a entrar. Natural y acogedora.

  

Original por su diseño en madera y el color de la pintura. La pena es que se pierde demasiado con la casa.

   Detrás me imagino un jardín decadente del Norte tomado por la vegetación. Metida en un tramo de  muralla, mantiene el color negro como símbolo de prestigio.

¡Me encanta el enmarque de esta puerta tan austera! Echo en falta un poco de verde por los muros...

En mi caso, la puerta del jardín la eligieron por mí. Algún día me gustaría cambiarla para poder darle el aire que quiero y se parecería bastante a ésta: madera pintada de rojo pero ventanuco redondo con rosetón de forja y trepadoras corriendo por el muro…

PRÓXIMA CITA: DECOR ACCIÓN 2012 (28/09/2012)