Ahora que el verano está cayendo en el olvido, el tiempo es fresco y oscurece pronto es un buen momento para echar la vista atrás y recordar... Este post, un poco nostálgico y muy personal (además coincide con mi cumple), es un homenaje a mi jardín.
Cuando heredamos la casa hace cuatro años, lo primero que necesité fue arreglar los exteriores. Quería hacerlo a mi gusto pero dentro de mis posibilidades, claro!!
Cuando heredamos la casa hace cuatro años, lo primero que necesité fue arreglar los exteriores. Quería hacerlo a mi gusto pero dentro de mis posibilidades, claro!!
Tiene algunas cosas que aborrezco pero con las que no me ha quedado más remedio que convivir: el perímetro de arizónica bordeado por un bordillo blanco, un palmerón que no pega ni con cola, unas horribles losetas que eran un auténtico peligro en invierno y una balaustrada blanca incalificable en la terraza.
Pero, casi todo tiene solución y con MUCHA ayuda, hemos creado un jardín que no es impresionante, ni mucho menos, pero sí es acogedor y tiene mucho encanto.
Lo primero que hicimos fue decidir (con ayuda de Agrogarden) cómo usaríamos el espacio, por dónde irían los caminos, los drenajes y los puntos de luz. Conseguimos sacar un cuadrado mínimo de césped que proporciona frescor y humedad y, en el lado opuesto, colocamos una pérgola básica de Leroy Merlin que hiciera las veces de saloncito de verano.
Aquí tienes algunos detalles del resultado...
Merlín, mi roble americano, es el rey del jardín. El pobre llevaba siete años en un macetón y, por fin, encontró su lugar en el mundo. Le pusimos una pletina metálica para evitar que las piedritas entraran en el alcorque.
Arco florido de trachelospermum o falso jazmín. Han tardado media vida en crecer pero ahora están impresionantes. Cuando subes hacia la casa en primavera viéndolos tan floridos sientes que estás permanentemente de boda!!!
Muro Oeste casi cubierto con parra virgen (Parthenocissus tricuspidata también conocida como Ampelopsis veitchii). Me encantan las casas “tomadas” por la vegetación. Le da mucha personalidad a cualquier construcción.
Mi jardín crece y cambia conmigo... La última remodelación ha sido el arriate Sur. Ya conté en otro post las plantas que iba a poner y éste es el resultado recién plantado (un mes y medio después han crecido un montón). Las compré pequeñas porque me gusta criarlas y verlas crecer. El siguiente paso será cambiar el bordillo blanco por una viga gruesa de madera. ¡Con el tiempo lo haremos…!
El murete de ladrillo. Como no me gustaba en absoluto la balaustrada blanca que separaba las dos zonas, decidí hacer un murete bajo.
Para que tuviera algo de diseño, busqué en libros de paisajismo y ésta fue la solución más barata: hacerle una greca con ladrillos amarillos. No tenía claro si el remate del pilar tenía que ser un macetón tipo toscano o una piña pero encontré una en Fronda que me encantó...
A fuerza de ver revistas y libros ingleses de jardinería, sabía que los sustitutos de la horrible loseta que teníamos serían adoquines cerámicos rojos. Los quería colocar haciendo un diseño en espiga pero, al final, no pudo ser y optamos por otro diseño más fácil. Cuando se mojan son preciosos, no resbalan y, con el tiempo, espero que salga musgo en las juntas.
Si el rey es mi roble, sin duda, la reina del jardín es la pérgola. Aquí es donde más tuvimos que trabajar: dos capas de lasur oscuro para la madera, dos planchas de brezo en el techo unidas entre sí con una loneta para proteger un poco de las inclemencias del tiempo, persianitas para el sol, las luces de LED, la lámpara de exterior… ¡Uffff!!!
Para el mobiliario, madera (of course!!). Compramos un conjunto básico en Carrefour para poder personalizarlo a nuestro gusto. Los cojines son de color crudo así que les hemos superpuesto unos trapos de colores que tenía olvidados en un cajón: mantel, colcha de patchwork, pareos... La mesa de centro, la hicimos con un palet. Con el tiempo hemos ido colocando plantas (una hiedra, un plumbago y un nido con geranios) y colgando adornos (un carrillón, portavelas...)
Por último no hay que olvidar otros muebles auxiliares que, para mi gusto, dan mucho encanto, como la deckchair, y otros que además son necesarios para realizar las tareas del jardín (cobertizo y banco de trabajo). La deckchair es antigua, de segunda mano. Los muebles, los compré por Internet y poco a poco van cogiendo solera.
Sólo queda seguir disfrutando de él como hasta ahora. Me alegra pensar que cada año estará más bonito que el anterior porque el paso del tiempo es fundamental para la magia de un jardín.
PRÓXIMA CITA: ¡MUCHO QUE CELEBRAR!(21/10/2012)
Me gusta todo pero lo del muro me parece muy bunea idea.
ResponderEliminarPese a lo que digas, tienes un jardín maravilloso, y la pérgola podría ser el escenario perfecto en una peli de Nancy Meyers o Nora Ephron.
ResponderEliminarChulisísima la foto de las losetas mojadas.
Jo, qué envidia.
Gracias a las dos. No es un jardín de cine pero tiene un aura muy especial...
ResponderEliminarLos jardines verticales son oasis urbanos que traen la naturaleza a la vida urbana. Con plantas exuberantes que trepan las paredes, añaden belleza, frescura y un toque de serenidad a cualquier espacio.
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