Sillones con nombre propio

Durante estos días de tiempo prácticamente veraniego hemos aprovechado para limpiar, colocar, poner, quitar… trastos del jardín.  Con tanto movimiento de cachivaches, no he podido evitar pensar en darle un nuevo aire a los muebles de exterior buscando siempre algo con materiales naturales (plástico es una palabra de la que huyo!!!!!)

Para darle un toque especial a la terraza he indagado sobre tres sillones, con nombre propio, que definen tres estilos en decoración de exteriores.

EMMANUELLE

Trinkit Hunter

Si os hablo del Fauteuil Pomare o sillón real de Polinesia, no sabréis de qué os hablo pero si os digo sillón Peacock  ya os sonará de algo. El Pomare, que era muy usado en las viviendas de la Francia colonial, saltó a la fama internacional en 1974 con la película Emmanuelle, de ahí que muchas veces reciba este nombre.

Tiene un respaldo enorme, con la forma de la cola desplegada de un pavo real,  formada enteramente por un trenzado de varas de ratán o mimbre. Por lo que he leído, lo nombran indistintamente Peacock o Emmanuelle pero el primero tiene el respaldo mucho más elaborado e imita claramente la cola de un pavo real mientras que el segundo es más uniforme en su trenzado.

Su éxito se debe a que fue el primer mueble de mimbre típico de exteriores que consiguió entrar  en la decoración de interiores.

Hace ya muchos años, una de mis tías compró uno. Recuerdo que nos encantaba sentarnos y hacernos fotos, en el que para nosotras era el sillón de Julio Iglesias (por la portada de su disco El Amor) porque de Emmanuelle y sus andanzas no teníamos ni idea!!!!

Maisons du Monde

Peacock

PAPASAN

Decor8

Otro sillón con mucha personalidad es el Papasan, que fue introducido en el mundo occidental en la década de 1950, después de haber sido de dominio exclusivo de los países de Extremo Oriente, como Filipinas, Tailandia y Japón. 

Su estructura, hecha con robustas cañas de ratán, se compone de dos partes: un asiento en forma de cuenco y una base en forma de cono truncado que lo sujeta. Estos dos elementos ajustables permiten que el asiento se pueda colocar en cualquier ángulo garantizando el máximo confort. 

Es un sillón más económico que el Emmanuelle. Además es muy versátil ya que cambiando el cojín conseguimos que nunca pase de moda y, si lo separamos de su base, se puede transformar en columpio.

vía Moon to Moon

Via Pinterest

ADIRONDACK

Don´t call me Betty

Si los otros dos asientos son de influencia oriental, éste no puede ser más yankee. Sólo con verlo, me transporto a los veranos de la costa Este de Estados Unidos (que nunca he disfrutado más que en películas!!!)

Recibe su nombre por las montañas Adirondack, en el noroeste del estado de Nueva York, donde veraneaba su diseñador a principios del siglo XX.

Como es una silla tipo tumbona de grandes dimensiones sigue siendo típica de exteriores y no ha conseguido traspasar el umbral de las casas. 

Con los años ha sufrido muchas variaciones: se le ha acoplado un reposapiés, se ha hecho doble, y en otros casos, se ha transformado en balancín.

Ahora se están poniendo muy de moda en España y se pueden comprar en varios sitios. Las más baratas, las he localizado en Maisons de monde y en Verdecora (100€ sin reposapiés).

Natascha in Oz

Maisons du Monde

Todas las posibilidades darían personalidad  a cualquier rincón de la terraza o jardín pero, en mi caso, creo que la más adecuada, por su versatilidad y su envergadura, es el sillón Papasan. ¿Cuál elegirías tú?

PRÓXIMA CITA: EL JARDÍN EN MAYO  (15/05/2014)